miércoles, 28 de marzo de 2012

Capítulo 30

Las calles estaban vacías,  los edificios desgastados por los años y ennegrecidos por los incendios, soplaba un gélido viento que arrastraba la desolación de aquella ciudad que aún conservaba un tipo de magia especial, no como la que antes acostumbraba a tener, sino una atmosfera oscura y tenebrosa, con un silencio sepulcral que podría envenenar cualquier mente.
Decidimos pasar allí la noche, aunque a Laura no le gustase demasiado la idea, pero el siguiente foco de población estaba a varios días de camino, y necesitábamos descansar.
Entramos a una vieja escuela, escondimos los vehículos en lo que fue el gimnasio y empezamos a buscar algo que pudiésemos utilizar, comida, combustibles…etc.
Estábamos en una de las antiguas aulas, cuando de repente oímos un disparo, acompañado al segundo de muchos más, rápidamente nos  cubrimos y pusimos apunto nuestras armas.
Alguien irrumpió en la habitación vestido totalmente de negro y con un casco en la cabeza, por lo que no supimos reconocer si era parte del enemigo, segundos después aparecieron una docena como él y nos rodearon. Nos superaban en número, por lo que no teníamos ninguna oportunidad.
-¿Quiénes sois? ¿Qué queréis? – dijo uno de ellos, que al parecer era su líder. Vestía exactamente igual al resto, solo que con una cinta roja atada al brazo.
-Killjoys, estamos de paso. ¿Quiénes sois vosotros? –respondí sintiendo un arma en mi espalda.
- ¿Killjoys? ¿Adónde vais? –insistió.
-Respuesta por respuesta, ¿Quiénes sois? –dije.
-Vigilamos esta zona, no somos Killjoys, pero tampoco pertenecemos a la industria, ¿A dónde vais? – su voz sonaba firme y algo aburrida.
-Nos dirigimos hacia la zona 4. –nos examinaban con cuidado, dejando ver cierto interés, aunque en ningún momento dijeron nada.
-¿Cuál es vuestro objetivo?
-Misión Secreta. –respondí algo sorprendida. Se quitó el casco dejando ver a una adolescente con media cabeza rapada, y el pelo que le quedaba, de color rosa, nos miraba con aires de superioridad. Se acercó a mí y me agarró del cuello.
-No  he tenido el placer de conocerte. ¿Quién eres?- dijo clavando su fría mirada en mí.
-No queremos nada, dejadnos y nos iremos, no hablaremos a nadie de vosotros.- No estaba muy segura de sus intenciones, por lo que intenté salir de allí lo más rápido posible.
-Esa no es la respuesta que quería oir-dijo apretando su mano contra mi garganta.
-Twisted FistFight –dije con el poco aire que me quedaba, me soltó. Me miró como si no estuviese allí y con un gesto, hizo que nos soltasen, se sentó en una silla, se hacia atrás y nos miró con detenimiento.
-¿Y bien? – dijo Gerard. Todos le miraron a él, pero agradecía que hubiese dicho algo.
-Tal vez si nos decís que buscáis, podríamos ayudaros- dijo la peli-rosa.
-No hace falta, gracias, solo queremos irnos- respondí.
-Insisto- dijo, sabía que esto no podía acabar bien, por lo que decidí aprovechar la oportunidad.
-De acuerdo, necesitamos un ordenador para hackear una red de la industria ¿Tenéis alguno?- intentaba sonar seria, aunque algo en mi cabeza me decía que más bien parecía una niña de 7 años pidiendo un caramelo. Ella se rió.
-Oye, seamos amigos ¿vale? – habló en un tono que casi podría describirse como cuando dos mafiosos planean cómo deshacerse de un cadáver. Le dediqué una media sonrisa.
Nos condujo hacia una sala llena de pantallas, y cables de colores por todo el suelo, paredes y techo.  Por el camino oí risas que identifiqué como las de Ray y Frank, por lo que me relajé un poco.  Antes de poder entrar, la peli-rosa me agarró del brazo y tiró de mí débilmente indicando que fuese con ella. Nos alejamos un poco del resto, en una habitación con varios pupitres en el suelo y restos de una hoguera.
-Creo que hemos empezado con mal pie…Soy Hayley – dijo, y me tendió la mano.
-Cristina – respondí, y le estreché mi mano derecha.
-Siento lo de antes, debemos andar con cuidado, cualquiera puede ser una amenaza, aunque generalmente somos pacíficos, no queremos problemas, pero estamos en contra de la industria, y haremos lo que sea por destruirla, a si que si creéis que podéis hacerlo, os proporcionaremos todos los medios que tengamos a nuestro alcance –mientras decía esto intentaba mirarme a los ojos, pero yo estaba demasiado distraída mirando aquella habitación.
-Sí, gracias. Ahora, será mejor que vuelva, si queremos hacer algo, será mejor empezar cuanto antes.- Intenté escabullirme, esa habitación me daba escalofríos.
- ¡Por supuesto! –gritó entusiasmada – pero vendréis cansados…¿Porqué no os relajáis un poco con nosotros? Os llevaré a un edificio en el que podréis dormir un poco.
No parecía mala idea, y de verdad estábamos hartos de conducir de un lado a otro. Acepté.


-----------------------------------
Lo siento. He sido una irresponsable abandonando esto así.
Deberiais matarme todos, pero no lo hareis, porque ya se lo que va a pasar a partir de ahora en el fict, y probablemente en menos de un mes termine todo.
Gracias por leer.
Un saludo.
Secret.