Allí estaba, mi vieja Harley Davidson, de las clásicas, como amaba a aquella maravilla. Cogí un trapo y empecé a quitarle el polvo, despacio, suavemente, para no dañarla, mientras, tarareaba una canción, entonces me di cuenta de que no estaba sola, Ray, Frank, Mikey y Gerard me miraban con cara de incomprensión.
-Es mi..-dije, pero mejor sería no dar explicaciones. Cogí mi casco que estaba en la estantería, y comencé a limpiarlo mientras decía cosas como “hola chiquitín” o “pero que cosita”. Los chicos me miraban de forma extraña, pero les ignoré.
-Oíd, me voy a buscar el detonador ¿Os venís, o volvéis?- dije mientras me hacía una coleta, para recogerme el pelo y evitar que se pillase con el casco.
-Ahora no podemos dejarte- dijo Gerard- Estamos juntos en esto.
-Yo iré en la moto, vosotros seguidme a corta distancia-dije subiéndome a la moto. Arranqué, el ruido del motor me produjo una sensación extraña, que me hizo recordar viejos tiempos.
Tardamos varias horas en llegar, de vez en cuando, yo hacía alguna chorrada con la moto, y ellos me pitaban con el coche, reíamos y casi nos matábamos, pero nos daba igual.
Llegamos a una gran explanada, y justo en medio, dos cruces. Allí estaban mis padres. Dejé la moto un par de metros detrás, me acerqué a ellos sin quitarme el casco. Caí de rodillas, no podía mantenerme más en pie, había demasiado dolor acumulado en mi cuerpo. Me quité el casco, quería llorar, pero no me quedaban lágrimas, derramé demasiadas hace tiempo. Decidí que no iba a volver a aquello, no podía volver a caer en los recuerdos, sabía que si lo hacía, esta vez no iba a lograr salir. Me puse en pie justo cuando los chicos se acercaron.
-¿Dónde está el detonador?- dijo Ray.
-Aquí- dije tirando de una de las cruces. –Hay que excavar un poco.
Saqué una pequeña paleta de una de las bolsas que llevaba en mi moto y empecé a quitar tierra, al cabo de unos minutos, encontré una caja de latón. Volví a rellenar el agujero y clavé de nuevo la cruz.
-Aquí está- dije abriendo cuidadosamente la caja. Había un soporte de metal, en el que estaban varios botones de colores.
-¿Por qué hay tantos…cosas?- dijo Ray.
-Mi padre puso bombas por toda Battery City, planeaba evacuarla y volarla por los aires, acabando con todos los centros de la industria.- respondí. –por desgracia, Korse acabó con él antes de que pudiese hacerlo, y pensó que había acabado con todos sus planes, pero no contaba conmigo.
Guardé en una de las bolsas de la moto el detonador.
-Bien, mi plan es continuar por donde él lo dejó, volver a su oficina, recoger todos sus datos, evacuar a la gente y acabar con Battery City, junto con Korse.- dije mirándoles.
-Tu padre era un puto genio- dijo Frank. Yo me reí un poco, pensando “sí que lo era”.
-Entonces, ¿te apuntas?- dije mirándole de arriba abajo.
-Nos apuntamos- dijo Gerard.
-No va a ser fácil- dije.
-Contigo nada lo es- respondió Frank.
-Mi padre tenía una oficina en Battery City, mi plan es entrar ahí y recuperar los datos, pero a mí ya me conocen, y me capturarían enseguida.
-Podría ir yo- dijo Mikey.
-Hay fotos vuestras por toda la ciudad, correrías un gran riesgo- dije notablemente preocupada.
-tengo que entrar ahí como sea.-dije golpeando con mi puño al aire.
-Pero, ¿Por qué allí? Digo, ¿Por qué una oficina en Battery City?- preguntó Gerard.
-Bueno, está claro ¿no? Esas cosas se hacen desde dentro, mi padre no era el único infiltrado. Había más Killjoys allí dentro, y probablemente, aún los haya.-dije mirando al suelo, y fue entonces cuando caí, el Dr.Burn, seguro que él seguía allí.
-¡El Dr.Burn¡- exclamé con los ojos y la boca muy abiertos.
-¿Quién?- dijeron los cuatro a la vez.
-Trabajaba con mi padre, seguro que sigue allí. Tengo que volver al motel.- dije subiéndome a la moto. Ellos me siguieron. Cuando llegamos al motel, la puerta estaba abierta, me puse el antifaz y saqué mi pistola laser. Se oían ruidos en el interior. Vi a draculoides revolviéndolo todo, disparé a un par de ellos, entonces alguien me agarró por atrás, tapándome la boca y quitándome la pistola y el antifaz, tiró de mí hacia atrás. Intenté soltarme, pero aquella persona era más fuerte que yo, logró sacarme del motel y tirarme al suelo, caí de rodillas, y me giré para verle la cara a ese cabrón. Korse. Maldito hijo de perra, intenté atacarle, pero la escena de unos draculoides pateando a Gerard me paralizó. Había decenas, tal vez cientos de draculoides, y no podía enfrentarme a todos, corrí hacia Gerard y le quité de encima algunos draculoides, le puse en pié, pero entonces vi a Frank boca abajo tirado en el suelo dejé a Gerard y corrí hacia él, le volteé y puse su cabeza sobre mis rodillas, justo a tiempo de ver como Korse agarraba a Mikey por el cuello y le asestaba un fuerte golpe en la cabeza, él caía al suelo y Ray corría hacia él, pero Korse se giraba y le apuntaba con su pistola laser.
-¡Basta!-grité. No sabía qué hacer, lo único que quería era que aquello parase. Korse se acercó a mí, mirándome con desprecio. Frank estaba inconsciente. Yo me levanté, dejando suavemente la cabeza de Frank sobre el suelo. Me puse a la altura de Korse, oí un grito y miré hacia aquella dirección, Gerard había sido golpeado fuertemente por uno de los draculoides. Intenté acercarme a él, pero decenas de draculoides le rodearon y uno de ellos se enfrentó a mí, en ese momento estaba furiosa, por lo que acabé con él de un solo golpe. Oía las carcajadas de Korse, las cuales me sacaron de quicio. Volví hacia él y le empujé, provocando que él riese aún más alto, le golpeé y dejó de reír, ahora yo sonreía de satisfacción, al menos, hasta que unos draculoides me sujetaron y Korse me devolvió el golpe, escupí la sangre que me molestaba en la boca.
-¿Qué cojones quieres ahora?- dije levantando la cabeza.
Él rió – ¿Crees que te voy a contar mis planes tan fácilmente?
Ahora reí yo – Sueles hacerlo- él me volvió a golpear, esta vez en el abdomen.
-Hagamos un trato – escupí - deja a estos, y yo te dejo en paz.
-¿Quién ha dicho que quiera deshacerme de ti? De momento…
-¿Qué coño quieres?
-¡Cogedla y meterla en el coche¡- ordenó a sus secuaces.
-¿Qué?- dije incrédula. ¿Qué pasaba con el resto? ¿Qué pasaba con Frank y con Gerad y Mikey y Ray?
-¿A dónde diablos me llevas?- dije pataleando mientras unos draculoides me cogían y me llevaban hacia el coche.
-Llevaos también a sus amiguitos, démosles una sorpresa- dijo Korse riendo.
-Cabrón- grité, pero un draculoide me golpeó la cabeza y me desmayé.