Aproximadamente sobre las 6 de la tarde, llegamos a un edificio en medio de la nada, pero muy bien camuflado entre dos montañas. Paramos el coche enfrente de una puerta, aparentemente la principal. Ray bajo corriendo del coche y empezó a aporrear la puerta. Al instante se abrió y apareció un niño pequeño, de unos cuatro años que se tiró a sus brazos. Cuando todos estábamos fuera del coche, vimos que Ray y el niño jugueteaban con un balón, les sonreí. Entonces Ray se acercó a mí, cogió al niño en brazos y dijo
-Mira campeón, ¿La conoces? esta es Twisted Fistfight.
-Hola pequeñín- dije mientras le alborotaba su pelo rizado.
Frank y Mikey entraron en el edificio y Gerard me dio la mano –Sígueme- dijo. Los dos entramos a una gran sala en el interior de edificio, muy colorida, con varios sillones, en uno de ellos, estaba sentada una chica que al vernos empezó a saludarnos y abrazarnos eufóricamente. Al cabo de un rato, entró Ray junto al niño, y junto a la chica, se fundieron en un largo abrazo.
-¿Qué pasa aquí?- le pregunté Gerard al oído, quien aún me agarraba de la mano.
Él me sonrío y me explico que era Renné, la mujer de Ray, y que el niño pequeño era su hijo.
No pude evitar sorprenderme, y a la vez alegrarme por Ray. Intenté hablar con él a solas, pero parecía que ninguno de los presentes estaba por la labor, por lo que salí a fuera y me puse a jugar al futbol con William. Pasados unos minutos, apareció Ray. Me acerqué a él.
-¿Con qué…un hijo eh?- dije.
-Sí, William es mi vida.- me respondió. –Además, ¿Sabías que Twisted Fistfight es su ídolo?
Reí. Y llamé a William, le cogí en brazos.
-Ya me lo ha estado contando, y además me ha enseñado como pelea ¿verdad?
Ray rió y William empezó a dar puñetazos al aire.
-Eres todo un luchador ¡Igualito que tu padre!- Dije.
Volvimos a entrar, dentro, todos reían y gritaban, me di cuenta de que estaban medio borrachos, por lo que Ray y yo llevamos a William a su cuarto, ya era de noche por lo que se durmió enseguida.
Volvimos a la sala y todos estaban aún más borrachos y gritaban más alto, les indicamos que se callasen, que William dormía, pero el silencio duró poco, Ray y yo también bebimos y acabamos tan borrachos como el resto.
A la mañana siguiente desperté con dolor de cabeza y sin poder recordar nada más.
Estaba en una cama, hacia bastante tiempo que no me dormía sobre algo tan cómodo, por lo que cerré los ojos. De repente, sentí que algo me rozaba el brazo, pensé que sería la sábana, por lo que no le hice caso, pero entonces sentí algo en el otro brazo, abrí los ojos y miré hacia la derecha, allí estaba Frank, dormido. Después mire hacia mi izquierda, y vi a Gerard.
Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, pensé, y esa palabra no dejaba de repetirse en mi mente. ¿Qué cojones había pasado esa noche? ¿No habría…? No, no no, no, eso era totalmente imposible…o tal vez…NO, no podía pensar en eso.
Oí a Frank despertarse, intenté fingir que dormía, y aunque no lo hiciese muy bien, creo que funciono, porque oí Frank salir de la habitación. Me levanté, gracias a dios estaba vestida.
-¿A dónde vas?-dijo Gerard. Me giré y al verle, me arrepentí de haberlo hecho. No tenía nada de cintura para arriba. Y menos mal que tenía los pantalones puestos.
-Gerard, dime la verdad, ¿Qué ocurrió anoche?- dije nerviosa. El rió, pero esta vez no le seguí el juego, le miré muy seria.
-La verdad es que no me acuerdo absolutamente de nada, pero, no creo que habiendo despertado aquí haya pasado nada malo-dijo mientras buscaba su camiseta. Yo puse los ojos en blanco, salí de la habitación y busqué a Frank, tal vez el recordase algo de lo que había ocurrido. Le encontré tirado en un sofá, tomando una taza de café. La verdad es que a mí tampoco me vendría mal tomarme otra. Mikey se estaba sirviendo una y le dije que me pusiese otra a mí. Me senté junto a Frank.
-Oye, ¿Qué pasó anoche?- le dije en voz muy baja.
Él se giró, me miró y me dijo –no tengo ni puta idea.
Genial, era justo lo que necesitaba, otro que no lo supiese. Aparecieron Renné y Ray con William. Les saludamos y William empezó a gritar, haciendo que nuestras cabezas estallasen, por lo que le senté sobre mis piernas y le prometí enseñarle a disparar, a cambio de que se callase. Busqué a Gerard, porque aún no había parecido. Entonces me choqué contra Mikey.
-Oh, lo siento- dije.
-Oye, lo de anoche, bueno…que…tal vez- dijo él.
-Un momento ¿Recuerdas lo que pasó anoche?- le respondí deseando que sí.
-Sí, bueno, fue algo difícil de olvidar.
-Mikey ¿Qué coño pasó anoche?
-¿No lo recuerdas?
-No.
-Bueno, pues, anoche pasaron muchas cosas.
-Mikey, quiero saber que pasó.
- Estábamos todos pedo, Ray y Renné se fueron, un rato después yo me fui y tú me seguiste, estuvimos hablando de muchas cosas…
-Espera, “hablando”- dije aliviada.
-Sí, me contaste cosas sobre tu pasado, sobre tu familia…
-Bueno ¿y después?
-Sí que es verdad que no recuerdas absolutamente nada- dijo un poco incrédulo. No sabía a qué venía eso, pero quería saber lo que había pasado con Gerard y Frank.
-Bueno, y cuando me fui ¿Qué hice?
-Cristina, me hablaste sobre tu hermana ¿Lo entiendes?
En ese momento sentí una puñalada en el estómago, ¿Le hablé sobre mi…hermana?
-¿Qué yo hice qué?
-Me hablaste sobre ella, sobre lo mucho que la querías, y lo que mucho que la vas a seguir queriendo, me contaste como era, lo que le gustaba hacer…
Sentía que el mundo se me caía encima y no podía hacer nada por evitarlo, pero Mikey estaba allí para ayudarme, me rodeó con sus brazos y me besó la mejilla. Gerard salió de la puerta de enfrente, esta vez con camiseta. Se quedó mirándonos, pero yo no soltaba a Mikey, no quería hacerlo, no podía hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario