Capítulo 1

 Me había quedado dormida y me desperté despacio, disfrutando de la voz de alguien que estaba cantando, entonces Ray entro a la habitación y dijo:

- despierta dormilona, hay que ponerse en marcha.-

 me ayudo a levantarme, y aunque la pierna me seguía doliendo, podía caminar, mire hacia arriba para poder mirarle a los ojos, era realmente alto. Me llevó hasta un coche.   -¿A dónde vamos?- pregunté.-bueno hemos recibido noticias de que hay que recoger  a unos killjoys en la zona 3, y está un poco lejos así que cuando antes salgamos, antes llegaremos- entre en el coche y dentro estaba mikey en el asiento de atrás, cuando entre sonrió, y no pude evitar devolverle la sonrisa. Después Ray y Frank se pelearon por sentarse delante, ganó Ray, y entre risas Frank se sentó atrás con nosotros, unos segundos después vino Gerard y nos pusimos en marcha.
-¿queda mucho?- pregunté al cabo de un rato, la verdad es que el viaje estaba resultando muy pesado, todo el mundo estaba callado. –Ya falta poco, estamos llegando- digo Gerard, que iba conduciendo. Sin darme cuenta, apoye la cabeza sobre el hombro de Frank, quise apartarme cuando note que me miraba, pero estaba demasiado a gusto a sí que lo ignoré, al cabo de un rato me quede profundamente dormida.
Alguien me llamaba, parecía la voz de Frank pero no estaba segura, no quería despertarme asique refunfuñe un poco, pero entonces alguien me cogió por la cintura y me sacó de coche, no tuve más remedio que abrir los ojos.

 Estábamos en medio del desierto, era de noche, todo estaba oscuro-¿Dónde estamos?- pregunte casi en un suspiro, pero Gerard me oyó y me dijo muy bajito- vamos a pasar la noche aquí, nos perseguían unos draculoides, pero les hemos dado esquinazo, de todos modos, debemos estar alerta.
Mikey había encendido una hoguera, estábamos cenando alrededor cuando Frank me dijo- bueno bella durmiente, ¿Qué tal la siesta?- estaba muy despejada y tenía los ojos muy abiertos-genial, me ha dado tiempo a soñar- le respondí mientras comía, por lo que balbuceé un poco.
-¿y que has soñado si se puede saber?- dijo un curioso mikey.

-Bueno, ha sido un sueño extraño, estaba en una ciudad llena de gente, y un hombre me decía que le siguiese, pero entonces aparecían unos lagartos gigantes asesinos y empezaban a comerse a gente, de repente aparece un tío con un arma y se los carga-todos empezaron a reírse, sobre todo Ray, al que le dio un ataque de risa.

 De pronto, oímos unos disparos, al momento, los chicos se pusieron sus respectivos cascos y máscaras y yo corrí al coche, pero me tropecé y caí sobre mi pierna, por lo que me hice aún más daño, mikey corrió hacia mí, pero un draculoide se interpuso entre los dos. El draculoide me estaba apuntando con su pistola laser, cuando Mikey se abalanzó sobre él y los dos cayeron al suelo, miré a mi alrededor, Gerard estaba peleando contra dos draculoides, Frank disparaba a las sombras que se movían en las oscuridad, Ray acabo con un par de draculoides y corrió ayudar a Mikey, disparo al draculoide, me cogió y me metió en el coche, después llamo a los chicos y tras entrar todos en el coche, Gerard pisó el acelerador y salimos de allí lo más rápido que pudimos.

-eran muchos Gerard- dijo Frank, que ahora estaba sentado en el asiento del copiloto.

- lo sé, están tramando algo, tenemos que avisar al Dr.Death- le respondió.

-¿Quién es el Dr.Death?- Pregunté.

-es una larga historia, luego te la contaremos- dijo Gerard notablemente enfadado.

-no te preocupes, es que está confuso, por lo de los draculoides, no sabe lo que pasa, y teme que sea algo grave, aunque seguramente lo sea- me dijo Mikey al ver que mi reacción.

Viajamos durante toda la noche, y los chicos hacían turnos para conducir. Yo no podía dormir, tal vez por exceso de siestas. Miraba las estrellas e intentaba recordar algo, lo que fuese, algo de mi pasado, pero nada venia a mi mente y empecé a pensar que tal vez no fuese nadie.

Estaba amaneciendo y observaba el sol salir de entre dos colinas, cuando sentí una cabeza sobre mi hombro y un cosquilleo en mi mejilla, gire un poco mi cabeza, y allí estaba mikey, profundamente dormido, apoyado sobre mí, era tan adorable, entonces, alcé un poco la vista, y vi  algo que me hizo morderme el labio, era Gerard, dormido también, apoyado sobre la puerta con la mirada hacia el cielo.

-Y ya hemos llegado- dijo Ray, que estaba conduciendo.

Miré por la ventanilla, habíamos llegado a una especie de casa abandonada.

Desperté a Mikey y a Gerard, cosa de la que después me arrepentí, pues los dos me sonrieron a la vez, y eso, era demasiado para mí. Me giré y salí del coche, la pierna ya casi no me dolía pero no me dio tiempo a decir nada, cuando Frank me cogió sobre sus brazos, y me llevó al interior de aquella “casa”. Me dejó delicadamente sobre una silla, me dijo – ahora vuelvo, espera aquí- me acarició la mejilla, y se fue.

Después entro Ray, me saludó con un gesto, y se fue por una puerta que se encontraba detrás de mí.  Examiné con la mirada el lugar en el que me encontraba, parecía un lugar acogedor, en una de las paredes, una bandera con lo que parecía una  ¿araña?, una radio, comida en estantes, un sofá, un cochón en el suelo, unas escaleras que daban al segundo piso, una mesa y un par de sillas, no sé por qué, pero me gustaba ese lugar.

Gerard entró y sin decir nada, subió las escaleras.

Mikey entró muy serio, y al mirarme volvió a sonreir, intenté devolverle la sonrisa, pero esa sonrisa era inigualable, por lo que pensé que parecía estúpida.

Cogió una silla y se sentó junto a mí.

-¿Qué tal?- dijo mientras seguía sonriendo, por lo que me embobé totalmente, pero tenía que salir de mi nube rosa, por lo que aparte la  mirada, y le respondí –bien, supongo, ya no me duele tanto la pierna. Ah, y por cierto, gracias por salvarme de aquel draculoide-

-bah, de nada- dijo mientras se tiraba de la chaqueta, haciéndose el interesante.

En ese momento Gerard bajo las escaleras furioso y salió de la casa muy cabreado, al instante salió Ray y al ver salir a Gerard le siguió. Mikey se puso en pié y se dirigió a la puerta, pero se giró, se acercó a mí y tras besarme la frente dijo- voy a ver que ocurre, enseguida vuelvo.

Yo me quedé allí, sentada, inmóvil, intentando dar una explicación a lo que acababa de ocurrir.