jueves, 7 de julio de 2011

Capítulo 7.

Gerard  no quería hablar conmigo, por lo que recurrí a Ray.
-¿Me puedes hacer un favor?- le dije.
-Eso depende ¿Qué clase de favor?- respondió.
-¿Puedes hablar con Gerard?
-Eso deberías hacerlo tú ¿no crees?
-Pero es que no quiere escucharme.
-Está bien ¿Qué quieres que le diga?
-Dile…que lo siento, y que…le quiero.
-De acuerdo ¿Algo más?
-Creo que no.
Ray salió a fuera, donde estaba Gerard. Yo salí por la puerta de atrás y oí habar a Mikey y a Frank, pensé en pegarles un susto, pero al oír de que hablaban, me paré.
-¿La quieres?
-Si.
-Pues vamos bien.
-¿Porqué?
-Yo también.
-¿Te ha dicho que te quiere?
-Sí. ¿A ti?
-¿A quién a mí?
- No, a la roca de allí.
-No…pero…
-Entonces voy ganando.
-Ni de coña.
-Claaaaaro.
-oye ¿Tú pensabas que…bueno…que ella podía ser?
-Para nada.
-Es que yo siempre me imaginé a Twisted Fistfight, bueno, ya sabes,  serio, frio, con un gran carácter, no tan…
-¿femenina?, sí, yo tampoco.
Entonces salí de mi escondite.
-Hola- me limité a decir.
-Hola Scarlet- dijo Frank, Mikey me saludó con la mano.
-Todavía no puedo creer que seas
-¿Podemos dejar ese tema ya?- interrumpí a Mikey.
-Lo siento- dijo.
-Por cierto, tengo que deciros algo- dije muy seria. Ellos se asustaron.
-Veréis,  es que, no me llamo  Scarlet-  dije. Ellos suspiraron a la vez.
-Me llamo Cristina- les sonreí.
-Mucho me temo, que voy a seguir llamando pija- dijo Frank, haciéndome reír, acabamos riendo todos, nos entró un ataque de risa, y ya solo nos reíamos por tonterías, entramos en la gasolinera y seguíamos riendo como tontos. De repente, Frank dijo -¡Mirad¡ ¡Una pared¡- haciendo que nuestro ataque de risa aumentase, nos sentamos en unas sillas e intentamos tranquilizarnos, pero no lo  logramos, Mikey se cayó de la silla haciendo que Frank y yo riésemos  aún más, ayudé a Mikey a levantarse, pero él tiro de mí y caímos los dos .
-Apártate de ella- dijo Frank a la vez que me agarraba de la mano y tiraba de mí hacia arriba.
Seguimos riendo, y de repente entró Gerard, junto a Ray.
-¿Qué pasa aquí?- dijo Gerard.
-Nada- dije conteniendo la risa. Pero era inútil, seguía riendo.
-Ven un momento.- Me dijo. Salimos  fuera.
-¿De qué os reíais?- dijo muy serio.
-De nada- le respondí.
-¿Qué ocurre? ¿No quieres decírmelo?
-¡Gerard¡ que no pasa nada, que nos ha entrado un ataque y no podíamos parar de reír.
-¡Dime la verdad¡-Dijo mientras me agarraba del antebrazo, apretó, por lo que me hizo daño.
-¡Gerard para me haces daño¡-grité. Él me soltó y se apartó bruscamente de mí.
-Joder, lo siento- dijo bajando la mirada.
-Gerard- le susurré.
-Soy un jodido imbécil- se llevó las manos a la cabeza y me dio la espalda. Yo le agarré por atrás y apoyé mi cabeza sobre su espalda.
-No, no lo eres- dije en voz muy bajita. Entonces él se giró.
-Lo siento- dijo con la voz más triste que jamás había oído. Y fue entonces cuando vi llorar por primera vez a Gerard.
-Por favor, no llores, o me harás llorar a mí- le saqué una sonrisa.
Volvimos al interior de la gasolinera. A Frank y Mikey parecía que se les había pasado ya la risa.
-¿No tenéis hambre?- dijo Ray.
-Un poco- respondió Mikey
-Pues vamos a  ver que hay de comida por aquí- Ray sacó unas latas.
-Vaya, hay solo 4.- dijo.
-Yo no tengo hambre chicos, comed vosotros- respondí.
-Si quieres compartimos- se ofreció Mikey.
-No hace falta, de veras- respondí
-Insisto, tienes que reponer fuerzas- me sonrió, definitivamente, no podía negarle nada a esa sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario