jueves, 7 de julio de 2011

Capítulo 8.

Todos estaban callados, y por más que Ray proponía jugar a algo, para pasar el rato, alguien le veía algún inconveniente. Frank salió a fumar, y yo quise acompañarle. Mikey me detuvo
-¿A dónde vas?- me dijo.
-A fuera.
-¿A qué?
-A tomar el aire.- esa conversación estaba resultando rara.
-¿Con Frank?
-emm sí.
-Voy con vosotros- dijo mientras se levantaba.
-Yo también voy- dijo Gerard.
-No me dejéis solo- Dijo Ray.
Salimos todos, Frank estaba fumando, con una mirada me preguntó ¿Qué hacen estos aquí? Yo me encogí de hombros.
Pasaron unos angustiosos 20 minutos. Nadie decía nada.
-¿Frank, podemos hablar?- dije.
-Claro- contestó.
-Esto…en privado.
-Está bien.
Los dos entramos a la gasolinera.
-¿Qué quieres?- dijo sonriéndome.
-En realidad no quiero nada, es que me estaba muriendo de aburrimiento ahí fuera-reí.
Entonces él se acercó a mí, me besó en la frente, le agarré la chaqueta con las dos manos y tiré de él hacia mí.  Sus labios sabían a tabaco, no sé porqué, pero me gustaba esa sensación.
Se separó de mí y bajó la mirada.
-¿Qué ocurre?- dije.
-Yo…no puedo.- respondió.
-¿Qué?- no creía lo que oía.
-No puedo…no puedo besarte, verte…y saber, que tú quieres a otro.- dijo con la voz rota.
-Frank…yo…yo…- me acerqué   a él, apoye mi cabeza sobre su hombro, y dije en un susurro –te quiero.
En ese momento, Frank me abrazó fuertemente.
-Entonces…¿No quieres ni a Gerard ni a Mikey?- dijo mientras me separaba de él, agarrándome de los hombros. Quedamos el uno frente al otro. No sabía que responder a esa pregunta, quería a Frank, pero Gerard…y MIkey. Frank me miró a los ojos.
-Te quiero, eso es lo único que sé con total seguridad.- dijo, asegurándose de que yo oía bien cada una de sus palabras. Yo estaba callada, petrificada, no sabía qué hacer, que decir.
-No quiero perderte- dijo, esta vez, le costaba hablar.
Entraron Gerard y Mikey, Frank se giró y se quedó mirándolos, entonces yo sentí que no podía más y me dejé caer sobre la mesa.
-¿Ocurre algo?- dijo Gerard.
-Sí, la verdad es que sí que ocurren cosas. Estoy harto ya de este jueguecito de hoy contigo mañana contigo- dijo Frank, y me miró.
-Lo siento…-dije.
-No, eso ya no me vale.
¿Qué diablos estaba haciendo? Frank no podía hacerme esto.
-Necesito que tomes una decisión, y necesito que lo hagas ya.- dijo. Esas palabras me hicieron mucho daño, no podía pedirme eso, no podía…
-Frank, déjala- dijo Gerard. Le miré para agradecérselo.
-No, debe elegir, yo no puedo seguir así.
Lo cierto es que tenía razón, pero yo no podía elegir a uno, amaba a los tres.
-Hey, chicos, ¿no creéis que estáis siendo un poco injustos?- me defendió Mikey.
-Poneos vosotros en su lugar- continuó.
-No Mikey, Frank tiene razón, no puedo continuar así.
Me miraron. Yo estaba a punto de llorar.
-¿Y bien?- dijo Frank.
-Antes de nada, quiero que sepáis, que os amo, lo sois todo para mí- sentía como las lágrimas afloraban en mis ojos- que jamás pretendí esto y que…
-¿Sí?- dijo Frank.
-Que no puedo vivir así, y como no puedo elegir a uno de vosotros, me dejaréis en la zona 6, y no volveremos a vernos nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario